En ocasiones, la actualidad prevalece y es por ello que hoy quiero dedicar unas sentidas líneas a Monsieur Paul Bocuse, fallecido el pasado 20 de enero, a la edad de 91 años.
Seguro que estos días han podido leer diferentes artículos que han glosado su figura y su legado. Para dimensionar -sólo- un poco lo que significó, apuntar que fue el Ministro del Interior galo, Gérard Collomb, el que comunicó su deceso. El Presidente Macron dijo de él que «Monsieur Paul era Francia: simplicidad, generosidad, excelencia y arte de vivir (….) la encarnación de la cocina francesa». Y, de entre todas las declaraciones de grandes chefs, destacar, a título de ejemplo, las de Ferran Adrià, («se lo debemos todo y más») y JuanMari Arzak ( «ha sido el gran señor de la cocina»).
«Chef del siglo», “papa de la gastronomía”, mito de la cocina, líder de la nouvelle cuisine, revolucionario.….Las palabras no son suficientes para expresar todo lo que fue y todo lo que su herencia es.
Por mi parte, diría que Monsieur Bocuse fue un visionario que dignificó nuestra profesión y que tenía un corazón enorme. Afirmaciones, éstas, en las que coinciden muchos otros correligionarios. Amigo como soy de su nieto y de varios de sus discípulos -discípulos de Monsieur Bocuse- su personalidad, arrolladora y única, me resultaba muy próxima. También su trabajo y obra, por mi formación y trayectoria.
Desde aquí, expresar mi más profunda admiración y respetos por Monsieur Bocuse. Ya le añoramos y echamos de menos. Mantener y acrecentar, más aún si cabe, su legado es, ahora, objetivo de los que nos dedicamos a estar entre fogones.
Muchas gracias, como siempre, por dedicarnos su tiempo !!.
Un fuerte abrazo,
Romain Fornell y todo el equipo