Hola, buenos días,
Muy felices, muy contentos y, sobre todo, agradecidos por revalidar la estrella Michelin, tras nuestro traslado al edificio del hotel Ohla Barcelona, en la gala que tuvo lugar en Tenerife la semana pasada.
El cambio de ubicación conllevaba, entre otros retos, que Michelin nos confiara el seguir ostentando la estrella que teníamos en el anterior emplazamiento.
El traslado no fue empresa fácil. Pasábamos de un espacio clásico a uno moderno. De una sala de dimensiones generosas a una más reducida. De cocinar frente a unos pocos clientes que reservaban en la mesa del chefa hacerlo frente a todos, porque ahora el restaurante está en la cocina y la cocina está en el restaurante, por lo que la interacción es absoluta.
Debo decir y reiterar lo que he compartido en otras ocasiones: el cambio de nuestro particular paradigma fue posible porque todo el equipo se implicó desde el minuto uno y porque todos asumieron como propio un proyecto que había imaginado una y otra vez. Grandes dosis de esfuerzo y trabajo que no puedo agradecer más. Créanme cuando les digo que sigo emocionándome al respecto.
Es por ello que esta estrella es de y para todos. Para Javier y JuanMa, nuestros jefes de cocina. Para Eddy, nuestro chef pastelero y para Madalena, que forma tándem con él en la partida de los dulces. Es para Mikey y para Rafa. Para Ilya y para Isa. Para Saleem. Para Albert, Anna, Said y Davide. Para Carla, nuestra maître. Para Sergi. Para Nicole. Para Martin. Para ellos y para el resto de los que integran la que consideramos gran familia de la restauración en el hotel Ohla Barcelona. Porque aunque unos estén en Caelis y otros en Plasshola, Vistro49 o en terraza, somos uno.
Esta estrella es, también, del equipo del Ohla Barcelona. Su apoyo incansable e incondicional fe es, más que un estímulo, un regalo.
La estrella es de y para los clientes. Porque verles disfrutar cuando nos visitan es nuestra mayor recompensa. Porque son quienes nos motivan, día a día.
La estrella es, también, de y para nuestras familias, por alentarnos constantemente, y de y para los proveedores y aquellos que nos han brindado su colaboración y ayuda.
Hace lustros que Michelin marca mi camino profesional. La primera vez, en 2001, cuando era un pipiolo de apenas 24 años y nos otorgaron una estrella en el restaurante La Chaldette, en Lozère, Francia. En 2005, ya instalado en Barcelona, nos concedieron una por Caelis, donde desde entonces iluminó nuestras mesas, año tras año.
Gracias a Michelin por renovar su confianza en nosotros. Seguiremos haciendo camino y trabajando con la misma ilusión para ser dignos depositarios de tal estrella y, en el recorrido, aunaremos más fuerzas para detentar, con el tiempo, y si es posible, una segunda.
A los nuevos estrellados, dos-estrellados o tri-estrellados: nuestra más sincera enhorabuena !! Felicidades !!!
¡ GRACIAS, GRACIAS y GRACIAS !
Un fuerte abrazo,
Romain Fornell y todo el equipo